Lecciones a la hora de emprender

Este Blog no es la guía perfecta que te asegurará el éxito de tu emprendimiento, más bien son las lecciones personales que hemos tenido durante todo este proceso y que una vez la interiorizamos logramos llevar a Solúa a otro nivel.


Tener visión:

Muchas veces empezamos un proyecto sin visión, lo empezamos y nos decimos a nosotros mismos: “vamos a tantear cómo nos va”, “vamos a intentar hacerlo bien”, y “vamos a ver si la suerte está de nuestro lado”. Pero esto es un grave error, con Solúa aprendimos que a este tipo de proyectos hay que meterle la ficha completa para ver resultados. Nosotros empezamos Solúa con la primera mentalidad y el progreso era muy muy lento (casi nulo) hasta el punto en que estábamos pensando en cerrarlo, pero una vez nos decidimos a darla toda, a no esperar, si no que nos decidimos a hacer que las cosas pasen, hubo un cambio total, en cuanto a cómo nosotros nos relacionamos con el proyecto y cómo este fue evolucionando.

Pero, ¿a qué me refiero con tener visión? Cuando nosotros decidimos esforzarnos más, empezamos a estudiar, fijamos metas y tomamos referentes de la industria para ver que les funcionaba a ellos, para así poder tener una guía y estrategia de crecimiento.

Tener referentes no significa copiar, tener referentes es una herramienta para visualizar y saber a dónde quiero llegar con mi marca, permite respondernos preguntas como: ¿Qué paso sigue para llegar a donde quiero? ¿Cómo lo lograron otras personas? ¿Cuáles acciones de las que ellos hicieron me sirven a mi? Todas estas preguntas son claves para elaborar un plan de acción y guiar todas nuestros esfuerzos hacia las metas que queremos.


Escoge cuidadosamente tu soci@:

Esta puede ser un poco obvia, pero es muy importante saber que criterios utilizar al momento de escoger estas personas, ya que pueden convertirse en el activo más valioso para el negocio o en el ancla que no lo deja avanzar. De igual manera procura ser un buen soci@ tú también ya que no podemos exigir a los demás actitudes que no tenemos nosotros mismos.

En nuestro caso, aunque no hicimos una selección rigurosa a la hora empezar, ya nos conocíamos muy bien, habíamos realizado varios trabajos de la universidad juntos y ambos sentíamos que trabajamos muy bien en equipo y sobre que todo nos complementamos, los temas que a mi se me facilitaban a él no mucho y viceversa. Esto me parece algo muy valioso, ya que al no ser tan diferentes cada uno aporta un valor distinto a Solúa, y nos permite evaluar un problema o situación desde distintos puntos de vista. Es algo que nos ha servido a nosotros, pero de igual manera dos personas que piensen parecido también podría hacer un buen equipo.

Algunas de las características más importantes que un socio debe tener es el compromiso y disposición, ya que puede ser la persona más inteligente o creativa del mundo, pero si no enfoca sus esfuerzos al negocio y no le pone buena actitud no servirá de nada. Creo que este es uno de los errores más comunes a la hora de escoger socio, conocemos a alguien que tiene distintas habilidades que puede aportar al proyecto, pero no le interesa mucho el tema de emprender o no le cree mucho al negocio, por lo que sus habilidades no agregarán valor. Esto también depende mucho de nosotros, saber vender una idea y tener el liderazgo necesario para motivar y fomentar el compromiso son aptitudes clave en cualquier emprendedor.


Entender que el fracaso no existe:

Nada más real que la frase “El miedo mata más sueños que el fracaso”. Es algo muy cliché y puede que ya te sepas el discurso sobre no tener miedo, ignorar el qué dirán, la única forma de saber si puedes es intentando, y muchas más frases de motivación, que aunque son muy ciertas, ya las hemos escuchado tanto que no le damos la importancia suficiente al mensaje que llevan.

El miedo es un sentimiento normal, cuyo objetivo es protegernos y evitar que nos hagan daño, pero a su vez el miedo puede ser un poco paranoico y sobre-protector. Por eso cada vez que sientas miedo de empezar un proyecto, de salir de tu zona de confort o lo que sea que quieras hacer, que no lo hayas hecho porque el miedo te paraliza, lo mejor que puedes hacer es: escucharlo, analizarlo y reflexionar. Puedes preguntarte ¿A qué le tengo miedo? ¿ Por qué le tengo miedo? ¿ Qué es lo peor que podría pasar? y una vez tengas esto claro puedes reflexionar si realmente es un miedo protector o paralizador y por qué, además piensa en todas las puertas y oportunidades que se podrían abrir para ti, si tan solo te lanzas y sobrepasas ese miedo. De esta manera cada que regrese te puedes repetir “Gracias miedo por intentar protegerme pero en este momento no te necesito” y recordar las razones por las cuales deseas sobrepasar este miedo para así motivarte de nuevo.

Uno de nuestros mayores miedos es fracasar y por eso entender que el fracaso no existe es liberador. El fracaso generalmente está definido en nuestra mente según paradigmas de la sociedad, pero en realidad lo único que debería importarnos es fallarnos a nosotros mismos, a nuestros sueños, a nuestra autenticidad, y a nuestra esencia. La sociedad nombra como fracaso a una empresa que quebró, a una relación que terminó, en general todo lo que se acabe es un fracaso; lo que no entienden es que lo valioso en realidad es el proceso, es lo que se aprendió, son la experiencias que se vivieron y aunque no hayamos obtenido los resultado esperados (por nosotros o por los demás) no significa que fallamos, significa que estamos en un procesos de aprendizaje y aunque creamos que perdimos tiempo y recursos, nunca será así pues no terminamos con el mismo conocimiento ni madurez que con el que empezamos, los cuales serán bases esenciales para el próximo proyecto.

Retomando con la idea de que estamos en un proceso de aprendizaje constante, debemos interiorizar esto en muchos sentidos, ya que, primero nos libera de ese miedo al “fracaso” y segundo nos lleva a la acción, muchas veces tenemos la teoría clara pero no vamos a la acción, y muchas personas se quedan ahí, un paso antes de la acción, con la excusa de: “aún tengo que estudiar más”, “aún tengo que perfeccionar esto”, “aún no se como hacerlo bien” ¡No importa! ¡Estamos en un proceso de aprendizaje! lo que quiere decir que podemos aprender en el camino. Solúa empezó con uno 50 accesorios que llevábamos en una tula a familiares y conocidos para vender, no sabíamos nada de Marketing, ni de joyería, ni de cómo manejar redes, ni tomar fotos, ni de finanzas, ni teníamos una marca establecida, ni sabíamos cómo hacer una página web, ni cómo llevar inventarios, no sabíamos nada! pero si no hubiéramos empezado aún no hubiéramos aprendido todo eso, así que de verdad lánzate y empieza, la perfección no existe, siempre va a haber algo por mejorar y ese algo se descubre en el camino!

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